viernes, 20 de diciembre de 2013

ACABO DE ADQUIRIR UNA MASCOTA, ¿QUÉ TENGO QUE HACER AHORA?

Me hubiera gustado haberte dado algunos consejos antes de que hayas adquirido tu mascota. Si no ha sido así, espero que la información y los consejos que te voy a dar ahora te ayuden.


Es muy probable que el cachorro que acabas de adquirir tenga aproximadamente un mes de edad. Ésta es la edad a la que se suelen destetar los cachorros y, por consiguiente, la edad a la que los propietarios comienzan a deshacerse de la prole, que en muchos casos no ha sido deseada. Adquirir un cachorro a tan temprana edad tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y dependiendo de si el cachorro procede de un criadero, de una tienda de animales o de un particular los riesgos que asumimos también son mayores o menores.

Si pensamos en el desarrollo del cachorro debemos saber que el periodo comprendido entre las 3 y las 9 semanas de edad representa el periodo sensible de aprendizaje de la vida social de los cachorros, por lo que deben tener un entorno rico y variado en estímulos, deben experimentar todo tipo de influencias (ruidos, animales, niños, personas con uniforme, etc.) ya que privarlos de las mismas puede ser perjudicial para sus relaciones futuras.

A partir de la 5ª semana aparece la respuesta de miedo ante estímulos desconocidos. De ahí que sea tan importante que el cachorro haya tenido contacto con aquellos estímulos que formarán parte de su día a día. Los cachorros que han estado aislados o han sido escasamente estimulados durante el periodo de socialización pueden desarrollar problemas de conducta posteriores. Esta situación se da típicamente en criaderos y tiendas de animales donde el cachorro pasa la mayor parte del tiempo solo y aislado en una jaula. En el mejor de los casos está acompañado de otros cachorros pero sin la estimulación adecuada. Mi consejo es que te informes muy bien de las condiciones en las que ha estado tu cachorro antes de llegar a casa y asegúrate de que ha recibido una adecuada estimulación.

Por otro lado, es en torno a la 5ª ó 6ª semana de edad cuando el cachorro pierde las defensas transmitidas por la madre con el calostro. Ésta es la razón principal por la que recomiendo iniciar en este momento la pauta de vacunación más adecuada para tu cachorro. Es imprescindible que nos aseguremos de que el animal presenta un estado de salud óptimo antes de comenzar con las vacunas. Por ello, es necesaria una revisión y desparasitación previas.

Cuando explico esto a los recién estrenados propietarios de un cachorro, la pregunta típica que suelen hacerme es: ¿Puedo sacarlo ya a la calle? La respuesta rotunda sería NO, hasta que tenga todas las vacunas puesto que carece de las defensas suficientes. Sin embargo, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, el cachorro necesita estímulos para un correcto desarrollo psíquico. Ahora no debemos ser nosotros los que lo aislemos, sino que debemos enriquecer su ambiente haciendo que se adapte a los numerosos ruidos, animales y personas con los que tendrá contacto en un futuro. Esto debe hacerse sin poner en riesgo su salud y su vida.

Mi recomendación es que si queremos pasear con nuestro cachorro por la ciudad, lo hagamos con él cogido en brazos. De esta manera se acostumbrará a los ruidos y a las personas sin riesgo de posibles contagios. El ejercicio y el sol también son buenos por lo que debemos buscar espacios y lugares no frecuentados por otros animales de los que desconocemos su estado sanitario y su procedencia. El contacto con otros perros no debería causar problemas si estamos completamente seguros de que la situación sanitaria del otro perro es buena, está desparasitado y con las vacunas al día. Los parques y jardines no son una opción para llevar a nuestro cachorro antes de completar su protocolo de vacunación. En un alto porcentaje suele haber contaminación por parásitos intestinales procedentes de las heces de los otros perros. Además, no conocemos el estado de salud de los perros que han tenido acceso a estos lugares.

Para finalizar, me gusta pensar que tener un perro es una gran oportunidad de compartir y de disfrutar momentos y situaciones realmente gratificantes. Para que esto sea una realidad y esas situaciones sean más frecuentes, debemos hacer que sea el nuevo individuo que acaba de llegar a casa quien se adapte a nuestras condiciones y obligaciones, no al contrario. Tanto él como tú seréis más felices.